En el 2019 me casé con Juan Diego, mi regalo del cielo como le digo a diario. Dada la historia familiar en torno al dinero que cada uno había vivido, decidimos hacerlo de manera diferente: unir nuestras finanzas en una sola y tomar decisiones financieras conjuntas.
El resultado: un crecimiento exponencial en nuestros proyectos, una comunicación que cada día mejora no sólo en temas financieros y un caminar firme hacia nuestros anhelos de vida futuros.
Lo primero que hicimos fue juntar nuestras deudas y hacer un plan para salir de ellas en tiempo record. Nos encanta viajar, pero sin deudas; ha sido nuestra costumbre desde que éramos novios,. Por eso, una vez canceladas nuestras deudas de solteros, empezamos a ahorrar para nuestro viaje soñado, que se vio interrumpido por una pandemia, y que se transformó en la cuota inicial de una casa. Volvimos a endeudarnos, pero de nuevo pusimos intensidad de gacela para salir de ellas en tiempo record. Aquello que estaba pronosticado para 5 años, lo logramos en 1. ¿fue sencillo? ¡No! pero valió la pena.